El 22 de octubre de 2012, apareció en Cadrete (Zaragoza), el cuerpo de una mujer repartido en diferentes bolsas de plástico en una chopera. En principio, se pensó que podría pertenecer a Pilar Cebrián, que había desaparecido en otro pueblo cercano, pero el caso dio un giro al denunciarse la desaparición de Vanessa Barrado. Y lo peor estaba por llegar: los investigadores se toparon con la cruel verdad. Como si de una banda criminal se tratase, toda una familia había ocultado y se había beneficiado de tan horrible asesinato.