O cómo Rubén es incapaz de pronunciar Tenochtitlán.
Hoy venimos a tope con una pequeña clase de historia. Pero no la historia que te dan en el colegio, o al menos no exactamente. Nos vamos a ir por otros derroteros para hablar de cosas perdidas. ¿Ciudades perdidas? ¡Tráeme ración doble! ¿Tesoros perdidos también? ¡Ponme tres tazas!