Una vez que hemos leído la presentación misma de Pablo como siervo, llamado y apartado para el evangelio, ahora consideremos el fundamento del evangelio. ¿De qué trata dicho fundamento? De eso habla Pablo en los versículos 2-7 de Romanos 1, y desde luego, para todo lector perspicaz, se hace evidente que en esos versículos hay una persona en la que se centra todo el discurso. Esa persona es Jesucristo, el Hijo de Dios. Ese es el fundamento del evangelio. Consideremos algunas cosas importantes sobre este fundamento.