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El capítulo 8 de Romanos marca un cambio importante en el pensamiento del apóstol Pablo. En este capítulo, presenta varios aspectos de cómo la vida es transformada por el Espíritu de Dios. Este capítulo trata sobre la nueva vida que resulta de la obra del Espíritu Santo en nosotros.

En los primeros cuatro versículos, Pablo habló acerca de la liberación de la vida espiritual; ahora, en los versículos que hemos leído esta mañana, escribe acerca de las diferencias de la vida espiritual.

Considero que este es uno de los pasajes más grandes e importantes de las Escrituras. ¿Por qué? Porque aborda la cuestión de la mente. La Biblia es clara en su enseñanza de que, la manera en que piensa una persona, eso determinará qué clase de persona será. Dice Proverbios 23:7, “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. En otras palabras, cuando usted siembra un pensamiento, entonces cosecha un acto.

¡La mente es algo muy importante! ¡Cualquier cosa en la que un hombre enfoque su mente es lo que ese hombre reproduce en su vida! Si usted tiene malos pensamientos, entonces no espere producir otra cosa, sino malas acciones. Pero, si usted tiene buenos pensamientos, sobre todo, si usted tiene pensamientos piadosos, entonces eso producirá acciones piadosas. Las acciones siempre tienen la misma naturaleza de nuestros pensamientos. Por eso, la palabra de Dios es tan clara cuando nos exhorta renovar nuestra mente. En Romanos 12:2, dice, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. En Filipenses 4:8, el apóstol Pablo nuevamente nos exhorta a mantener siempre pensamientos correctos. Esto es así, porque pensamientos correctos, dan como resultado una vida correcta. De ahí la importancia de llenar nuestras mentes con la palabra de Dios. Si llenamos nuestra mente con los pensamientos de Dios encontrados en su palabra, esto producirá un cambio en nuestras vidas.

Los cambios que el Espíritu Santo produce en nuestra mente, y los cambios resultantes en cada área de nuestra vida, son el asunto en este pasaje. Estos cambios son progresivos. Cada cristiano debe ir manifestando estos cambios progresivamente. Si estos cambios están sucediendo en su vida, eso significa que usted es una persona espiritual, es una persona que está dejando que el Espíritu Santo lo moldeé a través de las Escrituras. Usted es una persona que siempre tiene en cuenta lo que Dios dice en su palabra, siguiendo ese curso de vida que él muestra en ella, y así, estos cambios se van manifestando cada día. Sin embargo, si estos cambios no se manifiestan, o si en lugar de avanzar hacia adelante, usted va en retroceso, entonces eso mostrará que usted no es una persona espiritual, sino carnal. Usted se ha estado dejando guiar por el mundo, por sus pasiones o por el diablo. Consideremos, entonces, lo que Pablo nos dice, mientras meditamos en el tema, “Los cambios de la vida espiritual”.