A 30 años de Italia 90, un mundial que el equipo de Carlos Bilardo atravesó en modo de angustia permanente, ese partido fue la marca de la resistencia. Nunca una clásico mostró tal contraste entre desarrollo y resultado con jugadores lesionados, un estadio en contra y poca capacidad de generar peligro. Pero Maradona se jugó un pleno desde mitad de cancha, puso todo al 8 y Caniggia hizo saltar la banca.