Hoy hablamos de un tema tan cotidiano como desgastante: las conversaciones que NO hay que tener en pareja.
Esas charlas que se repiten una y otra vez, donde el otro se pone a la defensiva, nada cambia y solo perdemos energía.
Reflexionamos sobre por qué muchas de estas discusiones entran en bucle y no llevan a ningún lado, y compartimos experiencias reales donde el diálogo directo con los hijastros fue mucho más claro, honesto y efectivo.
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