Y ahora te voy a leer una cosa que escribí el día que recibí tu carta. No sé por qué lo puse en tercera persona. En fin, tal vez para darme la ilusión de que ese tipo no era yo, pero ese tipo sí que era yo, o sea que para la oreja: "Se había vuelto un cascarrabias, antes de tiempo, o por lo menos poco a poco se estaba convirtiendo en eso, a pesar de que solía pintar como si no lo fuera, tal vez para darse la ilusión de que no lo era y nada más. Su única nobleza, en todo caso, consistía en no querer envolver a nadie en sus rabietas de solitario, en cumplir con su trabajo, y en una cierta delicadeza que lo llevaba , a menudo, a ser muy cortés con la gente que estaba de paso y hasta tomarles un secreto cariño que sólo se confesaba cuando ya era demasiado tarde porque ya se habían ido. Entonces se sentía bien un par de horas y en eso consistía su moral." Estuvo largo tiempo contemplando el mar en la noche llena de estrellas que le permitía ver la gran ventana de su escritorio. Volvío a coger la pluma, de golpe y escribió: "A veces te quiero mucho siempre."
Alfredo Bryce Echenique.