La readaptación política de las instituciones del Estado en China ha sido trabajosa, lenta y cargada de dificultades para conciliar las nociones modernas de democracia con los preceptos ideológicos del Partido Comunista. Ahora es en Estados Unidos donde se está produciendo un replanteamiento político que va lejos más allá de las gigantescas y violentas protestas por la brutalidad policial y el racismo. Pero lo que sí parece claro es que el proceso histórico, en perspectiva dialéctica, está marcando un salto evolutivo para nuestra civilización y, quizás para nuestra especie humana.