El último fin de semana decidí ver una maratón de lucha libre con mi familia y vimos 14 horas de lucha libre, minutos más, minutos menos con sus idas al baño y pausas para comer.
Esta segunda parte es sobre GCW, una empresa poco ortodoxa que polariza a los fanáticos, con presencia de grandes nombres, luchadores que no siguen las reglas y muchos vidrios rotos, GCW se ha convertido en la empresa "contra cultura", te gusta o la odias, no hay punto medio.