Si hay una experiencia universal, una que todos hemos vivido, es el dolor después de una ruptura amorosa. En Colombia le decimos tusa. Pero la tusa no es solo el dolor que nos queda tras la ruptura, sino el anhelo por lo que nunca va a poder ser, porque, por las razones que sea, no coincidimos con esa persona, en el tiempo, en la ciudad, en las circunstancias o en lo que sea.