Habacuc se desahoga y expresa su inquietud con Dios. Toda la nación debe saber que es lo que Dios quiere hacer. Claramente es un diálogo que está teniendo Dios con Habacuc, pero el hecho de responder en plural no da a entender que Dios le responde a Habacuc para que el mensaje sea llevado a Judá.
No sabemos que esperaba Habacuc, porque muchas veces cuando exponemos nuestro dolor ante Dios, esperamos que actue de determinada manera. De hecho hay ocasiones en las que decimos que hacer para no sentir ese dolor. La respuesta de Dios nos muestra que Dios ve la situación con más seriedad que Habacuc. Y decide tomar una medida mas drástica posiblemente que la que Habacuc tenía en mente, entregar a Judá en manos de los caldeos.
En primera instancia las respuestas de Dios no van a ser las mas agradables, pero debemos de confiar y saber que Dios ve mas lo que nosotros interpretamos, sabe mas de lo que nosotros estamos conscientes, y actuará mas allá de nuestras peticiones.
Nos enfrentamos ante situaciones que podemos describir, pero no podremos descifrar. La respuesta de Dios provoca un diálogo, no quiere decir que Habacuc no se queda conforme, pero podemos ver que Dios obra cuando tomamos una nueva perspectiva ante los cuestionamientos que tenemos. Él pudo ver el panorama, tuvo preguntas, tuvo problemas grandes; no le dio la espalda a Dios, sino que eso lo condujo a buscar a Dios con más fervor.