Mateo 9:36-38 “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Lo más terrible que le puede pasar a una persona es que Jesús no sea su pastor. Toda persona que no esté bajo el pastoreo de Dios está sin esperanza y sin rumbo.
Jesús es un dueño que se entrega; no es un asalariado que saca provecho o que únicamente trabaja lo correspondiente a la paga. Un asalariado defiende sus intereses, y se protege el mismo y nunca se expondrá para defender las ovejas de los ladrones, salteadores o de las fieras. Ellos “cuidan” a las ovejas por el sueldo que reciben, no por el bienestar de las ovejas. Su prioridad es ellos mismos y su cuidado.
¿Cuál será tu reacción? Independientemente de tu reacción la conclusión es sencilla. Si eres oveja, Jesús es tu pastor y nada te arrebatará de su mano, nada, ni tú mismo, ni ángeles, ni potestades, ni tu pecado. Si tú no eres oveja, Jesús quiere ser tu pastor; porque solo su voz te da vida en abundancia, solo por medio de Él hay salvación, solo en el hay plenitud. Cualquier alimento que consumas que no sea el pan de vida, cualquier dirección que tengas que no sea su luz, cualquier voz o entrada que estes escuchando que no sea Dios y su palabra estas como la multitud de Mateo Dios tiene compasión de ti porque estás desamparado y disperso y Él está ansioso por ser tu pastor