En el capítulo 32, Jeremías compra un terreno mientras está encarcelado, lo que demuestra la confianza en las promesas de restauración de Dios. En el capítulo 33, Dios reafirma sus promesas de restauración y habla de un nuevo pacto. El capítulo concluye destacando el gozo de Dios al bendecir y redimir a su pueblo. A través de la historia de Jeremías, se nos anima a confiar en Dios, acercarnos a él con nuestras preguntas y recordar que nada es demasiado difícil para él.
Puntos importantes