Jacques Sagot.
En Europa, cuando no se permitía cantar en público a las mujeres, los niños eran castrados para evitar que perdieran la calidad de sus voces en la pubertad y para desarrollar un tono de voz especial. Se les llamaba castrati y eran muy usados en los coros de las capillas. Los castrati, “castrato” en singular (proveniente del italiano, que significa castrado), eran niños cantores sometidos a la operación de extirpación de sus genitales.
Jacques Sagot nos relata la espeluznante realidad de estos artistas cuyos derechos humanos fueron violados en la niñez, pero que finalmente se prohibieron.
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