Hebreos 5:7-9
Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.
Preguntas
Estamos dispuestos a obedecer a Dios en nuestra relación, incluso si eso significa rendir nuestro ego o pedir perdón?
Qué área de nuestra relación necesita obediencia, aunque duela?