1 Tesalonicenses 4:3-5
“La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual. Como resultado cada uno controlará su propio cuerpo y vivirá en santidad y honor, no en pasiones sensuales como viven los paganos, que no conocen a Dios ni sus caminos.”
Preguntas
Estamos cuidando nuestra intimidad sexual como algo santo y exclusivo para nuestro matrimonio, o la hemos contaminado con deseos ajenos?
Cómo podemos apoyarnos mutuamente para mantenernos firmes frente a las tentaciones?