Nosotros somos los responsables del buen o mal uso de las redes sociales. ¿Cómo hacer un Linkedin más humano y generar oportunidades?.
Verónica Gallego Mengod me comentó la necesidad de dedicar un capítulo especial a hacer un linkedin más humano. Qué mejor que le día de Navidad para hacerlo.
Como en la vida real, cuando estamos en algún evento, nos resulta muy pesado escuchar a la otra persona hablando de sí misma. Posiblemente no se dirija nunca a nosotros si no es para que la aplaudamos. Ni tampoco sabrá ni nuestro nombre, ni los temas que nos interesan. Nos hemos sentimos espectadores y poco importantes.
Vamos a ver cómo hacer sentir bien a la otra persona. Cómo hacer un linkedIn más humano, con relaciones de confianza y generando oportunidades profesionales positivas para todas las partes.
Son varias las personas que me comentan que consiguen mejor ratio de aceptación mandando invitaciones sin personalizar que personalizadas. Y que, aunque manden su mensaje de bienvenida, tampoco reciben respuesta. Después de ver la invitación o mensaje de bienvenida personalizado, el fallo es el mismo. Hablamos de nosotros. Nada de la otra persona ni de sus gustos e intereses.
Hace diez años, si alguien sabía de tu vida, gustos y aficiones le llamábamos «cotilla». Ahora, si no lo hacemos, realmente no nos preocupamos de la otra parte.
En LinkedIn, en su parte profesional lo tenemos más fácil que nunca. Si la otra persona es activa en LinkedIn podemos ver en su perfil los temas que le interesan o de lo que se siente orgulloso (premios o temas que destaque en el extracto). Además, en su actividad reciente sabemos qué temas le interesan.
Para esas invitaciones personalizadas y para las plantillas de bienvenida tengamos en cuenta siempre estos dos temas:
Si empiezas hablando de ti mismo, será como esas reuniones en las que no te gusta ir porque tienes que escuchar lo que dicen otros sin que te pregunte a ti tus intereses.
Cuando pocas personas han interactuado con una pieza de contenido, nos da miedo recomendar, comentar o compartir.
Además, hacemos clasificaciones con el tipo de personas con el que nos relacionamos. A efectos prácticos: este contacto me sirve porque le puedo vender o tiene prestigio y me interesa quedar bien por lo que pueda pasar. Le invito, le acepto y sobre todo interactuo. Y del profesional que no pueda sacar nada, ni le contesto en los comentarios.
Si toda tu vida y todos tus valores los tienes enfocados a qué puedo sacar (no sólo relaciones profesionales, sino amigos, relación de pareja e hijos) posiblemente, te acompañe la soledad. Y lo notarás cuando necesites ayude. Nadie te va a ayudar.
Las relaciones se van construyendo porque nos sentimos a gusto con las personas, no porque queramos sacar nada a cambio. No vas a un grupo de amigos cuando necesitas algo, y cuando lo obtienes si te he visto no me acuerdo. Igual en LinkedIn. Tienes que ir construyendo constantemente. No por sacar nada, sino porque te gusta ayudar y colaborar. Las oportunidades surgirán luego.
Mis recomendaciones en este apartado:
Como deseo para estas Navidades, os dejo aquí copiado un poema de Mario de Andrade, titulado «Golosinas»:
Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una.
Y lo mejor de todo, que este poeta murió en 1945, y todos los hechos que cuenta siguen estando de plena actualidad.
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