El Fruto de la bondad, así como los otros, es manifiesto y
claramente visible, es una obra de Dios en cada creyente nacido de nuevo. El fruto de la bondad es dado y producido en nosotros por El Espíritu Santo, sin embargo es irrefutable el hecho de que la palabra de Dios bajo mandamiento ordena a los Cristianos a ser
bondadosos.