¿Cómo seríamos los humanos si nunca nos emocionáramos, si fuéramos capaces de controlar las emociones en todo momento? Quizás vendríamos a ser como los robots, respondiendo a todas las situaciones con lógica y nunca con emociones. Pero Dios nos creó a Su imagen, y las emociones de Dios se revelan en las escrituras; por lo tanto, Dios nos creó seres emocionales. Sentimos amor, gozo, felicidad, culpa, ira, decepción, miedo, etc.