Dicen que el amor adolescente es fugaz… pero nadie te advierte que también puede sentirse eterno."
En este capítulo, acompañamos a Mia y Emmanuel en su primer encuentro fuera de las miradas escolares: una cita improvisada en el Café del Umbral, donde las palabras tímidas se transforman en risas compartidas y miradas que dicen mucho más.
Mientras el corazón de Mia se acelera al recibir su llamada, Emmanuel intenta dejar atrás las sombras de su antigua relación.
Pero no todos los corazones tienen el mismo destino…
Oracio, el protector silencioso, comienza a sentir el peso de lo no dicho.
Una historia donde cada gesto, cada paso, cada silencio…
es un eco en su piel.