Los creyentes deben tener integridad y vivir de manera
consecuente con lo que creen, enseñan y predican.
Pablo introduce el tema de la unidad genuina de corazón y
mente se basa en:
1) La necesidad de ser uno solo en esencia para ganar la batalla espiritual por la fe.
2) El amor a los demás en comunión fraternal.
3) Humildad genuina y sacrificio propio, el ejemplo de Jesucristo, quien demostró que el sacrificio produce gloria eterna.