Gracias a su corta estatura, a Catalina Díaz le pudieron identificar de niña que padecía Síndrome de Turner, una rara enfermedad con complejas consecuencias y costoso tratamiento. Dios se ocupó y de la manera más inesperada, ocurrió el primer milagro completo en su vida. Más tarde encontró a los ángeles y se convirtió en terapeuta angelical. Con ellos, y luego con el Curso de Milagros, logró sanar un trauma de abandono que cargaba desde niña, y más milagros llegaron. Esta es su hermosa e inspiradora historia.