ORACIÓN INICIAL
REFLEXIÓN
Todo el que viene a Él no es rechazado (Juan 6:37), tal vez hemos sido rechazados por el mundo, rechazados en nuestro trabajo, en nuestro estudio, o aun rechazados por nuestros padres terrenales. No importa si somos rechazados en el mundo, Dios nunca rechazará a quien viene a Él, porque esta es su promesa: “Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.” (Romanos 10:11).
Es lo mejor que nos puede pasar, que todo el mundo nos deje y que Dios nos reciba en sus brazos de amor, como un Padre amoroso, nos sanará las heridas y nos vestirá con vestiduras limpias, quitará de nosotros la afrenta, la vergüenza que ha causado el pecado (Sofonías 3:19).
Recordemos que Cristo fue primero despreciado y rechazado, conocedor del dolor más profundo por causa de nuestro pecado; nosotros en algún momento le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó, pero fueron nuestras debilidades las que Él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. (Isaías 53:3-7).
Así que, sabiendo esto, si has estado descarriado por causa del pecado, acepta el perdón y el amor de Cristo, que fue primero rechazado, para que tú fueras aceptado por el Padre.