29 Mayo 2023
*La procrastinación. Parte 5*
*Visita:* https://www.conexiondevida.org/
ORACIÓN
Padre, tu dices en tu palabra que ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí, y quiero experimentar de forma real ésta gran verdad en mi vida; sé que para que pueda vivenciar en mi día a día todo esto, necesito la fe, pues a medida que creo en lo que está escrito en tu palabra, es tu Espíritu Santo quien la hace una verdad en mi vida, amén.
LEE LA PALABRA DE DIOS
"Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú… Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega." Marcos 14:34-36, 39-42.
REFLEXIONA
A muchos de nosotros el miedo o la tristeza nos paraliza y nos lleva a procrastinar las actividades que debemos realizar, pero a Jesús no, ni la angustia, ni la tristeza, ni ninguna otra emoción o situación lo llevó a procrastinar, pues si hay algo que caracteriza al Señor es su diligencia. Desde pequeño lo podemos ver siendo diligente, buscando aprender en la sinagoga acerca de las Escrituras (Lucas 2:46-47) y entendiendo que debía dedicarse a los negocios de su Padre (Lucas 2:49); pero Jesús no solo fue diligente con las cosas espirituales, sino también aún en las generales, como por ejemplo: obedeciendo a sus padres (Lucas 2:51a), pagando los impuestos a tiempo, aún cuando era el Hijo de Dios (Mateo 17:24-27), cumpliendo lo que estaba escrito en la Ley (Mateo 5:17), y cómo no resaltar su forma de actuar momentos antes de ir a la cruz, siguiendo hasta el final con su comportamiento característico, la diligencia.
Claramente el Señor Jesús se pone como ejemplo de diligencia porque nuestra meta debe ser reflejar en este mundo lo que Él es, pues recordemos que quien debe vivir ahora, ya no somos nosotros, sino Cristo a través de nosotros (Gálatas 2:20). Con su vida, nuestro Salvador nos enseña que es importante orar, meditar en la Palabra de Dios, creer en ella, pero también lo fundamental e importante que es el actuar con diligencia, pues como podemos observar, Cristo no se quedó en Getsemaní orando por varios días, había una decisión a corto plazo que tomar y esta tenía implicaciones eternas para nosotros, Jesús oró 3 veces en ese momento y al ser fortalecido por su Padre, se dispuso a enfrentar con diligencia su llamado. Con ésto lo que quiero decir es que hay decisiones que debemos tomar, a largo plazo por ejemplo, y es importante dedicar tiempo para: orar, pedir consejo, ayunar, analizar la situación, entre otras cosas importantes, pero hay otras decisiones que carecen de tiempo, pues se necesita no solo orar, confiar en Dios, meditar en la palabra, sino también actuar con diligencia. Cabe aclarar que Jesús mantenía una vida diaria de oración, conocía las Escrituras, confiaba y creía en Su Padre porque le conocía, pero actuaba a tiempo, y eso es lo que de Él debemos aprender, tomar y aplicar en nuestras vidas.
Hermanos, nosotros podemos actuar con diligencia pues no estamos solos, tenemos al Espíritu Santo de Dios: quien vive y mora en nosotros (Romanos 8:11), nos enseña y recuerda todas éstas verdades que Jesús nos ha enseñado (Juan 14:26), clama con gemidos indecibles porque no sabemos pedir como conviene, nos ayuda en nuestra debilidad (Romanos 8:26), pero también es por quien se nos dió vida y un espíritu de poder, de amor y dominio propio para enfrentar toda situación con diligencia, tal como lo hizo Jesús (Job 33:4, Juan 3:5-6, 2 Timoteo 1:7).