A medida que nuestras raíces se fortalecen, comenzamos a ver cómo los pétalos de esperanza comienzan a florecer. Estos pétalos simbolizan la manifestación de nuestros sueños, aspiraciones y el fruto de nuestro crecimiento interno. Florecer es vivir con una perspectiva de esperanza, creyendo en nuestro potencial y en las posibilidades que nos ofrece la vida, a pesar de las dificultades que podamos enfrentar.