Veo que has llegado. Gracias. A decir verdad, pensé que jamás alguien pasaría por estos rumbos. ¡Oh! lo lamento, que descortesía de mi parte… Toma asiento. Acomódate un poco: suelta el cuerpo y relaja tus hombros. ¿Prefieres recostarte? ¡Claro! Estupendo. En lo particular me parece el mejor modo para despabilarse: el relajamiento corporal sobre una superficie ligeramente acolcho nada podría ayudar a atender mejor mis relatos. ¿Algo para beber? ¿Algo dulce? ¿Prefieres café o chocolate? La leche tibia es agradable si tienes este libro entre tus manos por la noche: beber una taza de leche tibia y una buena lectura te permitirá descansar mejor. Quizá también algún ligero refrigerio para amenizar nuestro en cuentro si me acompañas durante las horas de la tarde