Papá, despierta, despierta —insistió una voz dulce.— ¿Estás
bien?
Bóreas despertó con sudor frío. Sin recuperar la conciencia en
su totalidad, con ojos saltones y respiración agitada, tomó con
fuerza un dije que colgaba de su pecho: una merkaba inconclusa
encerrada en círculo. En la parte superior de la merkaba simulaba una montaña acompañada de un rayo; en la parte inferior,
figuraba un triángulo invertido cuya base abierta representaba la
conexión entre lo terrenal y espiritual.