En los años 30 y por varias décadas, fue el sitio predilecto de muchas personas para terminar con sus vidas,
la tumba de muchos desesperados que por razones jamás conocidas, se lanzaban al vacío, dando así inicio a cientos de historias de fantasmas y almas en pena.
La cascada ha sido escenario de múltiples suicidios desde comienzos del siglo XX, donde hombres y mujeres desesperados por problemas sentimentales o económicos encontraban la muerte como una solución inexplicable.