Mi mente estaba abrumada por las visiones que había experimentado, una mezcla de dos vidas entrelazadas en una sola existencia.
A medida que me recuperaba, mi perspectiva sobre la vida cambió drásticamente. Sentí una conexión profunda con el universo y una comprensión de que la realidad es mucho más vasta y compleja de lo que jamás imaginé.
Mi apariencia física, mi nombre y mi familia en la Tierra seguían siendo una parte importante de mí, pero ahora también sabía que venía de otro planeta, de una cultura distinta y de una historia muy diferente.
Cada día desde entonces ha sido un intento de reconciliar esas dos identidades dentro de mí.
Me esfuerzo por vivir una vida auténtica en esta realidad terrenal mientras honro los recuerdos y las experiencias de mi otra vida.
A veces, cuando miro las estrellas en la noche, siento una conexión con ese mundo lejano y misterioso del que vengo.