Somos una pareja joven: yo tengo 32 años y él, 34. Hace cinco años nos casamos muy enamorados e ilusionados. Hoy queda poco de ese amor. Son más los momentos de disgusto y desacuerdo que aquellos en que nos sentimos bien el uno con el otro. Los momentos de disfrute son cada vez menos. Conversando con otros amigos casados, veo que este es un mal común. Todos se quejan y se sienten infelices. Éramos parte de un grupo de ocho parejas que nos juntábamos con frecuencia. Solo quedamos dos sin divorciarnos y, por lo que veo, los próximos seremos nosotros. ¿Por qué tantas personas fracasan en la relación de pareja, incluso queriéndose?