Ser metiche no siempre es un defecto. A veces, es una forma de conectar, de comprender, de cuidar. En este episodio hablamos de cómo el metiche que todos llevamos dentro puede transformarse en una herramienta poderosa para crecer, aprender y acompañar a otros. Porque, al final, los terapeutas también somos supermetiches con buenas intenciones.