Cuando tenemos problemas con la comida, serÃa conveniente reflexionar qué estado de ánimo nos provocan el hambre o la inapetencia, qué deseos ambiciones, decepciones o fantasÃas se ocultan tras esos actos que nos llevan a deglutir o a rechazar el alimento. Algunos conflictos internos nos pueden conducir a ocupar demasiado tiempo y energÃa en centrar nuestra atención en lo que comemos, mientras el peso del conflicto se desarrolla en el mundo de nuestros afectos.