Creer sin ver. No es una evasión de la realidad, ni una negación de lo tangible. Es una forma de mirar más allá. Es una decisión que nace en lo profundo, cuando todo lo externo parece callar. Porque hay momentos en los que no hay señales, ni respuestas, ni confirmaciones. Y sin embargo, algo dentro de nosotros insiste. Algo susurra. Algo sostiene.
Tu amigo Israel Meza, que Dios te bendiga siempre y recibe un fuerte abrazo.