Explorar el carácter de Dios es adentrarse en un misterio que no se agota, un océano infinito de amor, justicia y misericordia que nos envuelve y nos transforma. No hablamos de una idea abstracta ni de un concepto lejano, sino de una realidad viva que se manifiesta en cada gesto de bondad, en cada acto de compasión y en cada instante de gracia que toca nuestra existencia. Conocer quién es Dios es descubrir que su esencia no se limita a lo que podemos comprender, sino que se revela en la manera en que nos acompaña, nos sostiene y nos invita a caminar en confianza. Es como abrir una ventana hacia la eternidad y dejar que la luz de su presencia ilumine cada rincón de nuestra vida.
Tu amigo Israel Meza, que Dios te bendiga siempre y recibe un fuerte abrazo.