Aceptar el llamado de Dios no siempre es sencillo, pues implica retos, renuncias y compromiso. Sin embargo, es un privilegio que llena de propósito y recompensa eterna. En este episodio reflexionamos en lo que significa aceptar el reto de servir a Cristo con fidelidad, gratitud y valentía, confiando en que Él nos sostiene y guía en todo momento.