En Soledad Interior hablamos de esos momentos en los que, aun rodeados de personas, sentimos un vacío profundo en el corazón. Hay temporadas en las que el silencio interno parece más fuerte que cualquier ruido externo, y es ahí donde Dios nos invita a encontrarnos con Él. No se trata de huir de la soledad, sino de aprender a llenarla con Su presencia. Cuando buscas, confías y te acercas, descubres que no estás solo, que Él habita en lo íntimo de tu ser. ¡Hoy es tiempo de dejar la ansiedad y abrir espacio para el Dios que convierte la soledad en compañía eterna! Tu corazón no está vacío… está habitado por el Dios que llena todo en todo.