El nombre Nosferatu ha sido presentado como una palabra rumana, sinónimo de "vampiro". Sin embargo, parece ser una creación literaria y sus orígenes en el folklore rumano son inciertos.
El significado original de la palabra «nosferatu» es difícil de determinar. No hay duda de que adquirió popularidad a través de la novela de 1897 Drácula, de Bram Stoker, quien acusó como su fuente para el término a la oradora y autora británica del siglo XIX, Emily Gerard, escritora escocesa especializada en el folklore transilvano que sin duda con sus publicaciones ejerció una influencia directa en Bram Stoker. Ésta introdujo la palabra en un artículo de una revista y en su diario de viaje La tierra más allá del bosque (lo que literalmente significa Transilvania en latín). Apenas menciona que sea la palabra rumana para vampiro: "Más decididamente malvado es el nosferatu, o vampiro, en quien cada campesino rumano cree firmemente como en El Cielo y El Infierno que solo es un rumor".
Sin embargo, la palabra nosferatu no corresponde a ninguna palabra existente identificada en el idioma rumano en ninguna fase histórica (aparte del que se introdujo por la novela y el film). Evidencia interna en Drácula sugiere que Stoker creía que el término significaba "no muerto" (not dead en inglés) en rumano y por ende su intención habrá sido la palabra «undead» (en inglés, «no muerto»), un calco semántico.