NO TEMERÉ MAL ALGUNO, PORQUE TÚ ESTÁS CONMIGO
Salmos 23:4 LBLA
Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.
La cura del temor: ¡La confianza y convicción de que él está contigo!
“Tu vara y tu cayado”. Son símbolo del cuidado y la protección de Dios sobre su rebaño.
Con la vara, defiende a sus ovejas. Con su cayado, dirige y corrige a sus ovejas.
“Vara”, he shêbeṭ: (literalmente) un palo (para castigar, luchar, gobernar, caminar, etc.)
“Cayado”, he mish‛ênâh/mish‛eneth: apoyo, es decir, (en sentido figurado) sustento o (en concreto) un bastón.
“Me infunden aliento”. Consolar, confortar, aliviar.