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En este segundo episodio de Recetas del Alma nos adentramos en un tema que nos toca a todas y todos: la relación entre la comida, la cultura y nuestro cuerpo.

Vivimos en una sociedad que constantemente nos manda mensajes contradictorios: “ama tu cuerpo” pero también “cámbialo, corrígelo, redúcelo”. Entre dietas restrictivas, alimentos prohibidos y reglas externas, hemos perdido lo más importante: la capacidad de escuchar lo que nuestro cuerpo realmente necesita.

Hoy te invito a explorar la alimentación intuitiva, una filosofía creada en 1995 por Evelyn Tribole y Elyse Resch, que propone regresar a nuestras raíces y reconectar con nuestras señales internas de hambre, saciedad y satisfacción. A lo largo del episodio revisamos sus 10 principios fundamentales y reflexionamos sobre cómo aplicarlos en la vida diaria.

Hablamos también de los límites de la intuición: qué pasa cuando estamos bajo tratamiento médico, cuando atravesamos cambios hormonales, estrés, ansiedad, depresión o cuando nuestros hábitos nos desconectan de lo que sentimos. Aquí entra la importancia de contar con un especialista en nutrición consciente y no peso-centrista, alguien que nos acompañe a entender mejor nuestras señales, observar nuestras reacciones a los alimentos y ajustar nuestros objetivos con base en salud y bienestar, no solo en números.

Además, exploramos un tema clave: la energía y el respeto a las porciones. Cada bocado es energía que se transforma en movimiento, descanso, emociones y pensamientos. Comer más de lo que necesitamos puede darnos placer momentáneo pero también pesadez y cansancio; comer menos no es autocuidado, sino restarnos vida y fuerza. El equilibrio está en honrar lo que realmente necesitamos, sin excesos ni carencias, y ese también es un acto profundo de amor propio.

Este episodio la invitación es clara: dejar de comer en automático y comenzar a escuchar a tu cuerpo con más presencia y compasión.

Preguntas para reflexionar después de escucharlo:

📚 Recursos

Este episodio es una invitación a recordar que comer es una de las formas más antiguas de cuidado humano. No se trata de reglas externas ni de culpas, sino de aprender a acompañarnos con más amor y consciencia a través de la comida.