Este pasaje se encuentra en el relato de la marcha de los israelitas por el desierto bajo la guía de Dios. En este punto, el pueblo se mueve conforme a las instrucciones divinas, siguiendo la nube que simboliza la presencia de Dios y el arca del pacto que representa Su promesa y fidelidad. Cada movimiento del arca marcaba un acto de confianza en el liderazgo divino.