Suena la alarma, abrimos nuestros ojos: “otra vez, este trabajo”. Nos levantamos de nuestra cama con cero motivación; “qué pereza, el agua está fría”. Vamos a la cocina, “no hay nada rico para comer”… Todos los pensamientos pesimistas que se nos puedan ocurrir, van caminando por nuestra cabeza, haciendo estragos y dañando el resto del día. Conclusión: “Qué vida tan aburrida” - Dirías tú.
La vida se puede poner aburrida cuando seguimos una rutina, aunque la rutina sea necesaria, es bueno romperla para no sentir que vamos en piloto automático sin realizar nada que nos emocione, que nos haga despertar y querer salir corriendo de nuestra casa para ir a un lugar en el cual amamos estar. La vida no es aburrida, nosotros la volvemos aburrida. Ya tenemos suficiente rutina con nuestro trabajo y casa como para todos los días vestirnos igual, comer igual, pensar igual, caminar igual… Los pequeños detalles hacen la diferencia.
Muchas veces queremos escapar de nuestra vida, queremos que nos la cambien por la del vecino o el de la amiga que vemos en redes sociales; pero la realidad es que todos entramos en rutina. Si cambiaras tu vida por la vida que tiene el vecino, que aparentemente es la vida divertida y perfecta, pero sigues actuando con un pensamiento negativo, esa vida se va a volver aburrida. Entonces, toma en tus manos tus días y encárgate de que ellos se vuelvan dinámicos, sé consciente del tiempo que tienes y la cantidad de maneras que existen para darle ese picante a tu vida.
En este episodio hablamos de:
- La importancia de los rituales matutinos para el desarrollo de un buen día.
- Herramientas para salir de la rutina y brindarle un giro a nuestra vida.
- Somos el amor de nuestras vidas.
Gracias por hacer parte de este podcast, me siento honrada de que hayas llegado a mi pagina web y estemos compartiendo este espacio juntas. Me encantaría saber de ti, déjame tus comentarios acerca del show. Siempre me tomo el tiempo de leerlos. Si te gustó este episodio, por favor compártelo con alguien que se pueda beneficiar de esta información y no olvides compartirlo en tus redes sociales.
Con cariño,
Francisca Arbeláez