Cargado de adrenalina, con ánimo de competir, de probar quien o cual era mejor. No era su carrera, no era su camino, incluso piensa que no era su destino, pero así fue.
Un deseo de competencia indescriptible se apoderó de su cuerpo y como por cosas del destino se encontró con un grupo de motorizados que iban compitiendo y se unió a ellos sin siquiera conocerlos, sin sospechar que lo conducirán al punto cero que le daría un giro de 180 grados a su vida.
Crónica realizada por Andrea Barraza Cabana
e-mail: andrea.barraza@udea.edu.co
Fotografía: Cortesía de la fuente