En este episodio de Ocurrencias, Enrique Stuyck nos lleva de la mano por dos reflexiones tan distintas como necesarias: la libertad y las personas tóxicas… o, como se han llamado toda la vida, los insoportables.
En la primera carta, La libertad, una entelequia, Enrique desmonta la idea de que exista una libertad absoluta. Con su ironía habitual, recuerda que todos, incluso quienes se sienten libres, están sujetos de algún modo a la voluntad, las normas o las decisiones de otros. Reconoce que él mismo, al escribir sobre la libertad, depende de que otro decida publicar su carta. Una conclusión clara: la única libertad real es la de espíritu, esa que no se negocia ni se somete.
La segunda carta, Lo tóxico y lo insoportable, analiza una palabra que se ha puesto de moda en los últimos años para describir a personas y relaciones difíciles. Para Stuyck, lo de “tóxico” es más moderno, pero menos preciso que “insoportable”. Y advierte que, en algunos ambientes, parece casi un mérito acumular relaciones “tóxicas”, como si fuera un requisito sentimental. Entre recuerdos, observaciones y algún dardo envenenado (en el buen sentido), el autor se pregunta si él mismo habrá sido “tóxico” alguna vez sin saberlo.
Dos textos cargados de sentido común, humor y observación que invitan a cuestionar las palabras de moda y a pensar qué significa, de verdad, ser libre o convivir con alguien imposible de aguantar.
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Un proyecto presentado por el propio Enrique Stuyck, con la producción y edición de sonido de Jorge Marín de EOVE Productora, branding e identidad visual de Samuel Ferrer de KINTON Brands y las locuciones de Aránzazu San Ginés.