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Hoy estaremos leyendo 1 Samuel 19 y 20, Hechos 4:1-22 y el Salmo 78:1-10. En 1 Samuel 19, el rey Saúl, movido por los celos, decide matar a David. Pero Dios levanta protectores a su alrededor: su esposa Mical, su amigo Jonatán, y hasta el mismo Espíritu de Dios que impide a Saúl actuar cuando David huye a Naiot.

En 1 Samuel 20, vemos uno de los momentos más emotivos de toda la Escritura: la alianza de amistad entre David y Jonatán. Aunque Jonatán es hijo del rey Saúl, él reconoce que la mano de Dios está sobre David y arriesga su vida para protegerlo.

En 1 Samuel 20:42, Jonatán le dice a David:

“Vete en paz, porque hemos jurado lealtad el uno al otro en el nombre del Señor.” (NTV)

Reflexiona: ¿Estás rodeado de personas que te animan a caminar en el propósito de Dios? ¿Eres tú un amigo fiel que ayuda a otros a permanecer firmes en el llamado que Dios les dio?

Después de sanar al hombre cojo, Pedro y Juan son arrestados. Las autoridades religiosas los interrogan, tratando de silenciarlos. Pero Pedro, lleno del Espíritu Santo, declara con firmeza:

“No hay salvación en ningún otro, Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo mediante el cual podamos ser salvos.” (Hechos 4:12, NTV)

Aunque les ordenan que no hablen más de Jesús, Pedro y Juan responden:

“¿Creen que Dios quiere que los obedezcamos a ustedes en lugar de a él? Nosotros no podemos dejar de hablar de todo lo que hemos visto y oído.” (v. 19-20, NTV)

La verdadera valentía nace del Espíritu Santo, no de nuestras fuerzas humanas.

Reflexiona: ¿Estás dispuesto a hablar de Jesús, aunque no sea popular o cómodo? ¿Qué te detiene de ser un testigo fiel hoy? Pide ser lleno del Espíritu para no callar lo que has visto y oído.

El salmo 78 comienza con una urgente instrucción: contar las obras de Dios a nuestros hijos. En verso 4, dice:

“No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del Señor, de su poder y de sus maravillas.”

Y en el verso 7, revela el propósito:

“Entonces pondrán su confianza en Dios.”

Pero también advierte que si olvidamos transmitir estas verdades, corremos el riesgo de criar una generación rebelde y apartada.