Hoy estaremos leyendo Ester 1-2, 1 Corintios 12:12-31 y el Salmo 110. En Ester 1, el rey Asuero (Jerjes) realiza un gran banquete que refleja su poder y riqueza. En medio del exceso y el orgullo, su esposa, la reina Vasti, se niega a obedecer una orden humillante, y es destituida.En Ester 2, entra en escena una joven judía llamada Ester, quien es favorecida por Dios y por los hombres. A pesar de ser huérfana, extranjera y desconocida, Dios la posiciona como reina. El capítulo termina con un acto clave: Mardoqueo descubre una conspiración contra el rey, lo cual más adelante tendrá gran importancia.
Reflexiona: ¿Estás creyendo que Dios puede usar incluso lo que parece insignificante para llevarte a un propósito mayor? ¿Estás permitiendo que Él te prepare en lo oculto para un impacto público?
En 1 Corintios 12:12–31, Pablo desarrolla la imagen del cuerpo de Cristo. Cada creyente representa una parte del cuerpo, y todas son necesarias. Nadie puede decir: “No te necesito”, ni tampoco: “No sirvo para nada”. Dios ha dispuesto cada miembro como Él quiso.Pablo dice: “El ojo nunca puede decirle a la mano: ‘No te necesito.’” (v. 21), y termina con esta exhortación: “Ustedes deberían desear con fervor los dones que son de más ayuda” (v. 31).
Reflexiona: ¿Estás valorando tu rol en el cuerpo de Cristo? ¿Estás honrando y animando a otros en sus funciones dentro del cuerpo?
En Salmo 110, David profetiza sobre el Mesías exaltado. Es un salmo mesiánico que se cita varias veces en el Nuevo Testamento. El versículo 1 dice: “El Señor le dijo a mi Señor: ‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies.’”Este salmo nos recuerda que Cristo reina con autoridad, es sacerdote eterno y juez justo.