Hoy estaremos leyendo Job 35 y 36, Gálatas 1 y el Salmo 119:162-176. En Job 35, Elihú responde a Job y le recuerda que la justicia del hombre o su pecado no afectan la grandeza de Dios. Sin embargo, aclara que muchas veces el clamor de las personas no es escuchado porque oran sin sinceridad, sin buscar realmente al Señor. En Job 36, Elihú exalta la justicia de Dios y afirma que Él es poderoso y sabio. Aunque permite la aflicción, la usa como medio de enseñanza y redención. Dios desea llevar a sus hijos a la libertad y bendición si obedecen Su voz.
Reflexiona: ¿Reconoces que la prueba puede ser una escuela de Dios? ¿Buscas a Dios con un corazón sincero en medio de tus oraciones?
En Gálatas 1, Pablo comienza su carta confrontando a los creyentes porque se estaban dejando desviar por un “evangelio diferente”. Les recuerda que el mensaje de la gracia en Cristo no es humano, sino revelado por Dios mismo. Afirma con firmeza que no busca agradar a las personas, sino a Cristo, y testifica cómo fue transformado de perseguidor a apóstol por la gracia de Dios.
Reflexiona: ¿Hay algo que hoy intenta apartarte de la verdad del evangelio? ¿Tu fe busca agradar a las personas o agradar a Cristo?
En Salmo 119:162-176, el salmista expresa su amor profundo por la Palabra de Dios. Declara que se goza en ella como quien encuentra un gran tesoro, que la alaba siete veces al día y que halla en ella paz abundante. Termina reconociendo su fragilidad: “Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me he olvidado de tus mandamientos” (v. 176).