Hoy estaremos leyendo Eclesiastés 3-4, Gálatas 4:21-31 y el Salmo 124. En Eclesiastés 3 y 4, Salomón reflexiona sobre los tiempos de la vida: tiempo de nacer y de morir, de llorar y de reír, de abrazar y de abstenerse. Cada etapa tiene un propósito en los planes de Dios. Luego advierte sobre la vanidad del trabajo sin comunidad, mostrando que “mejor son dos que uno”, porque juntos se apoyan, se animan y se fortalecen. Reflexiona: ¿Estás confiando en los tiempos de Dios, incluso cuando no los entiendes? ¿Estás caminando acompañado en la fe o intentando hacerlo todo en soledad?
En Gálatas 4:21-31, Pablo usa la historia de Sara y Agar para explicar la diferencia entre vivir bajo la esclavitud de la ley o en la libertad de la gracia. Nosotros somos hijos de la promesa, no de la esclavitud. En Cristo, somos llamados a vivir libres, como hijos de la mujer libre, disfrutando la herencia de la gracia. Reflexiona: ¿Estás viviendo como hijo de la promesa, confiado en la gracia de Dios, o como esclavo, atado al esfuerzo humano y al temor?
En el Salmo 124, el salmista reconoce que si Dios no hubiera estado de su lado, sus enemigos lo habrían destruido. Pero el Señor lo libró como un ave escapando de la trampa. La conclusión es clara: “Nuestra ayuda está en el nombre del Señor, que hizo los cielos y la tierra” (v. 8).Esta es una invitación a reconocer cómo Dios nos ha librado de situaciones que parecían imposibles. Manten tu confianza firme en Su ayuda.