Hoy estaremos leyendo Jeremías 7-8, 2 Timoteo 2:14-26 y Proverbios 5:1-10. En Jeremías 7, el profeta se levanta a la puerta del templo para denunciar una religión vacía. El pueblo se sentía seguro solo porque tenía el templo, pero su estilo de vida mostraba lo contrario. Dios les dice: “¿De qué les sirve venir y presentarse ante mí si siguen robando, matando, mintiendo y adorando a otros dioses?” (v. 9-10). En Jeremías 8, el Señor expresa su dolor porque su pueblo ha rechazado la verdad. A pesar de oír la voz de Dios, prefieren seguir su propio camino, diciendo: “Todo va bien”, cuando en realidad están lejos de Él. Reflexiona: ¿Has caído en la trampa de aparentar una fe que no se refleja en tus acciones? ¿Qué áreas de tu vida necesitan alinearse con tu fe para que tu relación con Dios sea genuina?
En 2 Timoteo 2:14-26, Pablo exhorta a Timoteo a mantenerse firme en la verdad, evitando discusiones inútiles que solo generan división. Le recuerda que debe ser un obrero aprobado, que maneja correctamente la Palabra. También le advierte contra los falsos maestros, y le enseña a huir de las pasiones juveniles, buscando justicia, fe, amor y paz junto a los que invocan al Señor con un corazón puro. Reflexiona: ¿Estás siendo un obrero aprobado por Dios, que edifica con sus palabras en lugar de dividir? ¿Estás huyendo de las pasiones que te alejan del propósito de Dios?
En Proverbios 5:1-10, el sabio advierte sobre el peligro de la inmoralidad sexual. Describe cómo los labios de la mujer inmoral parecen dulces, pero su camino lleva a la destrucción. Nos llama a escuchar la sabiduría, a alejarnos del pecado antes de que robe nuestra fuerza, nuestra paz y nuestro futuro.