Hoy estaremos leyendo Ezequiel 45-46, 1 Pedro 5 y Proverbios 21:1-10. En Ezequiel 45 y 46, Dios continúa revelando cómo será el orden en el templo restaurado. En el capítulo 45, el Señor establece porciones específicas de tierra para el santuario, los sacerdotes, los levitas y el príncipe. Todo está organizado con justicia y equilibrio. Dios le ordena al príncipe: “Dejemos ya de extorsiones y violencia; practiquen la justicia y la rectitud.” El mensaje es claro: cuando la presencia de Dios ocupa el centro, la injusticia no puede seguir gobernando. En el capítulo 46, Dios da instrucciones sobre la adoración: cómo el príncipe debe entrar por la puerta oriental, cómo se presentan las ofrendas y cómo se guarda el día de reposo. La adoración no es improvisada; es un acto de reverencia, orden y fidelidad. En toda esta visión, Dios está formando un pueblo que vive alineado con Su carácter. Reflexiona: ¿Tu vida refleja el orden y la justicia que Dios desea? ¿Tu adoración es intencional y reverente, o se ha vuelto rutinaria?
En 1 Pedro 5, el apóstol habla a líderes y a toda la iglesia sobre humildad y dependencia de Dios. A los ancianos les pide pastorear el rebaño no por obligación, sino voluntariamente, con un corazón humilde y ejemplo vivo. Y luego declara una verdad esencial para todos los creyentes: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.” Por eso nos exhorta: “Humíllense bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte cuando sea tiempo. Depositen en Él toda ansiedad, porque Él cuida de ustedes.” Pedro también advierte que el enemigo anda como león rugiente, pero asegura que la resistencia firme en la fe trae victoria. Finalmente, anima a los creyentes recordándoles que después de un tiempo de sufrimiento, Dios mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá. Reflexiona: ¿Estás caminando en humildad delante de Dios y de los demás? ¿Estás rindiendo tus ansiedades al Señor o cargándolas tú solo?
En Proverbios 21:1–10, la sabiduría enseña que Dios tiene control absoluto sobre todas las cosas. “El corazón del rey es un canal de agua en manos del Señor; Él lo dirige a donde quiere.” Aunque las decisiones humanas parecen grandes, es Dios quien mueve la historia. También dice: “Hacer justicia y juicio es más agradable al Señor que los sacrificios.” Dios busca integridad más que rituales. El proverbio advierte que el orgullo y la mirada altiva conducen al pecado, mientras que la diligencia trae bendición. Finalmente, señala que el malvado busca el conflicto, pero el justo busca el bien.