Hoy estaremos leyendo Daniel 1-2, 2 Pedro 2 y Proverbios 21:21-30. En Daniel 1 y 2, vemos cómo Dios honra a quienes permanecen fieles aun en tierra extranjera. En el capítulo 1, Daniel y sus amigos llegan a Babilonia como exiliados. Se les ofrece comida y vino del rey, pero Daniel decide no contaminarse y pide una alternativa más pura. Dios le da gracia delante de sus supervisores, y al final de los diez días, ellos están más fuertes y saludables que todos los demás. Además, Dios les concede conocimiento y sabiduría extraordinarios, y a Daniel un don especial para interpretar sueños y visiones.En el capítulo 2, Nabucodonosor tiene un sueño que nadie puede interpretar. Cuando el rey amenaza con matar a todos los sabios, Daniel actúa con prudencia, pide tiempo y va directo a buscar a Dios. El Señor revela el misterio: una estatua enorme representa los reinos humanos que se levantarán y caerán, pero al final, una piedra cortada no con mano humana —el Reino de Dios— destruirá a todos los demás y permanecerá para siempre. El rey reconoce que el Dios de Daniel “es el Dios de los dioses y Señor de los reyes.” Reflexiona: ¿Tienes la valentía de mantener tu integridad aun cuando otros ceden? ¿Estás buscando a Dios primero cuando enfrentas algo imposible?
En 2 Pedro 2, el apóstol advierte contra los falsos maestros que se infiltran en la iglesia con enseñanzas destructivas. Pedro los describe como personas arrogantes, inmorales y motivadas por la codicia. También recuerda ejemplos del juicio de Dios sobre los ángeles caídos, el mundo antiguo y Sodoma y Gomorra, mostrando que el Señor sabe librar a los justos y reservar a los impíos para el juicio. Los falsos maestros prometían libertad, pero ellos mismos eran esclavos de la corrupción. El mensaje es claro: ten cuidado con las voces que suenan espirituales pero te alejan de la verdad. Reflexiona: ¿Estás filtrando lo que escuchas a la luz de la Palabra de Dios? ¿Estás permaneciendo firme en la verdad, sin dejarte arrastrar por voces que prometen libertad sin obediencia?
En Proverbios 21:21–30, se nos recuerda que quien persigue la justicia y la misericordia hallará vida, justicia y honra. También dice: “El sabio escala la ciudad de los fuertes y derriba la fuerza en que confiaban.” La sabiduría es más poderosa que la fuerza. Más adelante, el proverbio advierte que “el caballo se prepara para el día de la batalla, pero del Señor viene la victoria.” Podemos hacer nuestra parte, pero el resultado final siempre está en manos de Dios. El pasaje también resalta que los malvados traman el mal, pero nada de lo que planean puede prevalecer contra el Señor.